martes, 14 de julio de 2009

Berytus Costas

Eran las tres de la madrugada cuando en el camarote principal el capitán Berytus Costas inspeccionaba algunas cajas de documentos que tenían inscritos diversos mapas y señales. Era hora de la diagramática, ningun pensamiento estructural y lineal resultaba interesante porque lo que acontecía allá en el horizonte obscuro de aquél mar, tenía la peculiaridad de transmitir en dos vías las múltiples densidades e intensidades de una totalidad desplegada por miles de impulsos epistémicos y prácticos. Por primera vez, el capitán Berytus percibía de una forma distinta el hecho de documentarse, no había ningún juego de por medio ni posibilidades de despertar de un aparente ensueño. No se buscaban respuestas, porque todavía no estaba planteado el problema, había que buscar las preguntas (y su nueva dimensión). En una hoja de libro con olor a vainilla se podía leer:

Marx subraya, contrariamente que para captar adecuadamente una realidad del tipo, por ejemplo, del modo capitalista de producción, el pensamiento humano ha de desarrollar una gran actividad, teniendo que poner en marcha algunas formas específicas de movimiento, que no constituyen simplemente una mera prosecución paralela de las formas reales de movimiento. Esta acentuación de la actividad, de la relativa autonomía en el movimiento del pensamiento humano y del carácter específico de sus formas de movimiento en relación con las formas reales no nace en absoluto del abandono, sino más bien, por el contrario, de la fidelidad a la teoría marxista de la refiguración en su versión dialéctica.

¿Qué demonios significaba eso?
¿en qué consistía aquella "gran actividad"? ¿qué es la dialéctica? La semilla ya estaba plantada, Berytas no sabía exactamente cómo, pero su vieja intuición le decía que de ahí podían surgir buenas razones para avanzar un par de quantas. Ese texto le daba genuina actitud heróica a cada quanta, el Calypso Funk era, no solo un caminante empírico casual, sino un modulador dentro del campo, de ahí se explicaba la tormentosa densidad a la que constantemente se sometían sus tripulantes aún en horas de sueño. Había una necesidad de entender la sustancia energética de la historia "pasada" objetivada en cada prama (la prama se despliega desde cm cuadrado pero considera su conexión interna con la nave y su resistencia a los diversos embates de los campos ecoeléctricos, prama es la medida necesaria para saber la fortuna con la cual se puede seguir navegando, habla de la densidad de amplificación dialéctica del gran aparato cognoscitivo navegante que es el Calypsus Funk) de la nave. Berytus decidió apagar la mixer y dejar un sencillo strobo encendido en la cubierta para el descanso de todos.

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