lunes, 3 de agosto de 2009

Zeleny

Zeleny tocaba el saxofón, podía remontar una escala alta a través de la mixer y mover el calypso a través del aliento metálico de separación del tiempo. Algunas veces nos pedía entrar en jam (improvisación musical, como un ritual para eso de la separación temporal) como preocupado, como si fuese totalmente necesario expulsar un armonía inexistente hasta ese momento. Como un navegador por instinto, corregía el rumbo a través de la armonía.. ¿cómo distinguir un silencio de otro? ¿cómo ver a través del metal y asomarse a otra temporalidad? El ánimo que provocaba en cada envolvente del calypso siempre fue redentor. En algunas noches dimos miles de vueltas sobre una constelación de petas (esto era, mas o menos, según explicaba la joven Karel, fijar un cuadrante de puntos luminosos del áncora de tiempo, que mas tarde simplificamos llamándoles estrellas) para demostrar que en la aceleración se expandía el tiempo, y el beat se excitaba hasta quedar irreconocible y en el frenado (o caída) acuático ( el momento de la resolución melódica) cada silencio se vestía de una colórida distinta. En fin, con Zeleny y Karel, la música llegaba demasiado lejos...incluso hasta el valle de nomadak..a donde llegamos esa noche. Zeleny seguía viendo fijamente el horizonte..

pero antes.. funk

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